Balanza de Oportunidades
Salvador Rojas
Hurgando en los muchos temas que cabe platicar está el tema de la Planeación. Las empresas pequeñas tienen que desarrollar habilidades estratégicas para ir midiendo sus operaciones acorde a una visión de negocios o a una estrategia estratégica.
Planear es una exigencia como parte inicial del proceso administrativo. Si bien la planeación o tratar de adivinar no ciertamente es el futuro cierto, por lo menos es una guía, una línea que busca trazar la dirección de la empresa. La espontaneidad o la improvisación están marcadas por una cadena de sorpresas que incrementan sensiblemente el riesgo de la operación de los negocios.
Los costos de caminar bajo el criterio de ensayo o error normalmente explica la corta duración de muchas empresas que no alcanzan una madurez que sea un punto de arranque para el crecimiento de sus operaciones.
La planeación es anticiparse a acontecimientos posibles y prepararse para entender la flexibilidad que existe en el diario acontecer de las decisiones, pero todo ello bajo el esquema o visión que se tenga cuando el negocio se concibe. En la planeación se requiere necesariamente extender la visión del negocio llevado a diferentes aspectos que deben tomarse en cuenta; conocer el mercado, a los clientes, los productos y servicios que se pretendan ofrecer.
La planeación es parte de un control operativo y esto es parte del control administrativo que se hace muy importante cuando las empresas tienen un presupuesto y un control de sus acciones y costos en los que están dispuestos a realizar basados en los límites de sus posibilidades de realizar sus ingresos. Por ejemplo, en un control presupuestal todos los integrantes de la empresa tienen que participar con claridad en los objetivos económicos y comerciales.
La disciplina operativa basada en un plan es la brújula necesaria para llevar al barco a un destino predeterminado e ir corrigiendo el rumbo toda vez que la orientación se está desviando del objetivo de negocios. Por otro lado, planear tiene alcances en el momento mismo de contemplar las posibilidades para acercarse a lo que conceptualmente puede considerarse realista.
En una planeación estratégica se analizan fuerzas y debilidades internas así como amenazas y oportunidades externas. Siendo el futuro incierto como condición de la existencia en los negocios, el enfoque y el entendimiento de lo interno puede estar bajo control pero no así lo externo o ámbito macroeconómico y político, resulta esencialmente importante hacer flexible lo interno en el tiempo en función a lo externo desconocido. Esto es controlar el destino a partir de que el arquitecto es el que tiene este enfoque y que lo externo aunque incierto, hace reaccionar ante los embates externos lo que internamente de manera flexible puedo realizar.
Como característica propia de la planeación está el realismo de las propias capacidades, el plan progresivo de desarrollo de la empresa, los recursos con que se cuenta y sobre todo el conocimiento y experiencias como un activo intangible del que está dirigiendo los esfuerzos de planeación del negocio.
Hasta para dar un discurso o mandar un mensaje se requiere preparación, es decir planeación. La improvisación para los genios y grandes talentos con experiencia son cosas que no están al alcance de todos, pero sí está al alcance de todos prepararse, investigando, consultando, escuchando para la realización de un buen plan a ejecutarse.
SDR/marzo 22 de 2017